¡Triunfazo!


Canta el alma de mi raza

Por: Daniel García



La victoria ante Atlético Nacional ayer, deja muchas cosas positivas para el Deportes Tolima. La primera y primordial, haber sumado los tres puntos luego de una sequía de ocho encuentros sin ganar en el Manuel Murillo Toro. Como segundo, el cambio de esquema realizado por Alberto Gamero, donde por fin alineó 4-2-3-1, en lugar del ya acostumbrado y predecible 4-3-2-1. En tercer lugar, el ganar con un buen aforo de hinchas, una constante deuda pendiente del ‘pijao’.

Ganarle a Atlético Nacional siempre será un aliciente vital para cualquier equipo, pero con Deportes Tolima es aún mejor, debido a la ‘paternidad’ que se ha gestado desde hace un año. Desde aquel 9 de junio, el equipo de Ibagué se ha impuesto cinco veces ante los ‘verdolagas’, algo inédito. De esos encuentros, tres han sido en Medellín y dos en Ibagué, todos con el mismo marcador (2-1). Pero la del 9 de junio de 2018 y la de ayer 2 de junio, son las más representativas.

Alberto Gamero sigue demostrando que más que un técnico, es un estratega, y esto se evidencia en este Deportes Tolima, un proceso que él mismo ha creado y ha dado sus frutos desde el 2014. En su primera etapa con el ‘vinotinto y oro’ su esquema era el 4-2-3-1, que tuvo como resultado un título de Copa Colombia y un subtítulo en el 2016. Además, en su segunda oportunidad de estar en Ibagué, cambio el esquema para un 4-3-2-1, el cual dio resultado, logrando el segundo título liguero en la historia de los 'pijaos'. 

En el encuentro de ayer, era vital sumar los tres puntos por lo que había en juego. Se catalogó como el partido del semestre y lo más importante fue que tanto la hinchada como los jugadores, respondieron. Hubo un buen acompañamiento, a pesar de tantos encuentros este semestre, lo cual es duro para el bolsillo del hincha y a esto se le suma que el club aún no entiende la importancia del mercadeo para con sus hinchas, el cual sigue siendo nulo y es una tarea pendiente, así como la nefasta logística para acceder a las diferentes tribunas.

Deportes Tolima venía siendo muy predecible como local, por lo cual Alberto Gamero entendió, que los equipos que venían a jugar al Murillo Toro sabía a lo que jugaban los ‘pijaos’. Aunque el 4-3-2-1 es un buen esquema, pero se debe emplear más que todo en los partidos de visitantes. En casa, como la gente venía pidiendo el 4-2-3-1 es el esquema apropiado por el juego de bandas que tiene y genera el equipo. Tal vez Gamero no lo usaba aquí por la lesión de Cataño, pero esta Campaz, quien ha demostrado las condiciones que tiene, en el poco tiempo que le han dado.

En términos generales, ayer fue un buen encuentro por parte del onceno titular. Cuesta le falta generar seguridad a la hora de salir a cortar, pero ante la falta de rodaje, es apenas normal. En defensa salvo el gol, impecable partido por parte de Balanta, Arboleda, Quiñones y Mosquera. Da confianza volver a tener seguridad en defensa. Carrascal, muy fino, ese es el volante con salida que necesita el equipo. Robles, firme en marca.

Castro, gol y pase gol, además del sacrificio que tiene en marca. Cariaco, siempre rinde, aunque no tiene el mismo del nivel del semestre pasado, es importante su aporte. Campaz, un regular primer tiempo, en el segundo fue importante, desequilibrando y distrayendo marcas. Marco, varias opciones, metió la que era y haciendo un golazo.

Un equipo que pese a la seguidilla de partidos, se impuso con ganas y amor por la camiseta. Los grupos aún están abiertos y cualquier cosa puede pasar. El equipo va motivado y con confianza de lograr el objetivo. Si algo nos ha enseñado este Deportes Tolima, es nunca dejar de creer y siempre tener fe.

¡Vamos!


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