Desazón
Por: Daniel García
Deportes Tolima no pasa un buen momento en la actualidad,
esto con base en el juego y en los resultados. La situación en liga es crítica,
el equipo está fuera de los ocho clasificados. En la copa, competición a la que
se le debe apostar por todo lo que hay de por medio de llegarla a ganar. Se perdió
el partido en la ida de la semifinal sin jugar mal, pero por errores que pueden llegar a ser definitivos en la
serie.
Empezar de visitante una llave siempre trae sus ventajas,
los dirigidos por Alberto Gamero volvieron al esquema 4-1-2-2-1, el cual ha
sido la fortaleza en las recientes visitas tanto en liga y copa. Deportes
Tolima sigue demostrando que es un equipo que cuando atacan se defiende bien y
que contragolpea aprovechando los espacios que deja el rival.
Los primeros 45 minutos fue un muy buen primer tiempo, en
el que logró tomar ventaja ante los ‘Azucareros’, en un juego muy tranquilo
donde no fue exigido. Los ‘Pijaos’ se plantaron bien y se adueñaron de la
pelota por momentos, ante un Deportivo Cali que no tenía como inquietar el arco
de Álvaro Montero. Una primera mitad en que todo iba bien para los de Ibagué.
En la segunda mitad, como es apenas normal el local salió a
buscar el resultado. La defensa vinotinto respondía bien los ataques y daba
seguridad. Aunque no fue un buen juego para los laterales Danovis Banguero y
Nilsón Castrillón, quienes no dieron garantía de juego y fueron permanentemente
atacados por las bandas.
Las incorporaciones en los cambios fueron adecuadas, es lo
que se tiene y lo que hay. Aunque entraron a inquietar en el caso de Junior Hernández,
que sigue demostrando condiciones interesantes. Pero ni Hernández ni Jaminton
Campaz cumplen esa doble función que es respaldar al lateral, oficio que si
tienen Anderson Plata y Alex Castro.
Y el local en busca de la necesidad, aprovecha el poco
respaldo de los extremos en materia defensiva. Por lo que empieza a inquietar y
para fortuna de ellos se encuentran con un error de Álvaro Montero, lo cual es
apenas normal y le pasa a todos los arqueros, así como en muchos partidos salvó
su pórtico, en este comete un error que cuesta el empate en un partido de trámite.
A Montero no hay que criticarlo, es humano ante todo y en algún momento le iba
a pasar, por fortuna queda otro juego para reivindicarse.
Con el juego que estaba haciendo el equipo, no perder era
ganancia y el equipo le costó asimilar el gol y al Deportivo Cali le dio ese
plus que genera empatar. Empezaron las desconcentraciones y pasividad en
defensa hasta que costaron la victoria de los caleños.
El partido deja un sinsabor en el hincha, que tiene en la
copa águila la ilusión de llegar a la tercera final en dos años y disputar otro
título. Como toda derrota duele, pero hay que reconocerle el buen juego
mostrado en el primer tiempo, lógico, el resultado es lo que prima, pero se
mejoró a nivel colectivo notablemente, lo cual hay que resaltarlo.
Este equipo demuestra que tiene con que pelear, solo hay
que retomar esa confianza del buen juego y una muestra de eso es el primer
tiempo jugado en Palmaseca. Y como dice el conocido dicho popular: “no está
muerto quien pelea”, aún se está a tiempo de revertir la situación en liga y
buscar en Ibagué la clasificación a la final de la copa águila.
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