Declive
Declive
Por: Daniel García
Los días para hinchas, cuerpo técnico, directivos y jugadores del
Deportes Tolima no están siendo los mejores, tras la pérdida del título liguero
ante Atlético Nacional en el Murillo Toro el pasado 26 de junio y la
humillación en los octavos de final de la Copa Libertadores, donde el gran
semestre que se venía teniendo quedó en nada y se empiezan a ver los coletazos.
El fútbol es injusto, hace unas semanas se reconocía al equipo de Ibagué
como uno de los mejores al conseguir su tercera final al hilo en el torneo
colombiano y lograr una histórica clasificación a los octavos de final, sin
embargo, errores individuales dañan un trabajo colectivo que se venía gestando
desde hace meses.
Lo acontecido en la final frente a los ‘verdologas’ fue un golpe anímico
duro por donde se mire, no más empezando por directamente implicados como lo
fueron los jugadores, que desde dicho partido cuesta recuperarse y no es para
más, que la displicencia de un integrante del plantel daña las ilusiones de los
hinchas como de los compañeros.
Si bien el fútbol es un deporte de equipo, en ocasiones las decisiones o
errores individuales definen el rumbo del juego, partido y hasta un título. Y
es que si hay algo que no se olvidará es el cobro de Daniel Cataño en aquella
final estando empatando la serie y lo que sería la diferencia a favor en el
global.
Aunque hay decirlo también, cualquiera puede errar un penal, pero aquí
lo que tiene dolida a la hinchada es la disputa previa que hace el 10 para
agarrar el balón y ser elegido, algo que evidentemente no gustó ni a sus
propios compañeros, además sumado a la displicencia y falta de potencia para el
cobro que desencadenaría una polémica expulsión. Algo probablemente sin
precedentes en Colombia y el mundo.
Todo eso se empieza a reflejar en el juego, si bien en la llave de los
octavos de final no iba a ser fácil, tampoco era para perder de esa manera
estrepitosa cayendo goleado y humillado en dicha instancia, teniendo en cuenta
como había sido el juego en Ibagué la semana anterior.
Esto demuestra que una individualidad así como arregla un juego lo daña
también, se pierde un proceso, objetivo y meta planteada desde el inicio. Ojalá
el declive de ese golpe se empiece a subsanar lo más pronto posible, porque no
nos digamos mentiras es una herida que sigue latente no solo en los jugadores
sino en la hinchada.
Algunos catalogarán este primer semestre como un fracaso, en mi caso
considero que no es así y fue muy bueno mirándolo por lo hecho en todas las
competiciones. Aunque queda la espina del título de Liga, pese a ello, vivimos
en la época más dorada del club que debe seguir ratificándose con títulos y más
participaciones internacionales que es lo que empieza a dar la grandeza a nivel
de clubes.
Es importante que se haga un trabajo mental al interior del plantel,
para así retomar y recuperar la confianza que se venía teniendo durante este
primer semestre, porque es evidente que hay un cansancio físico y mental ante
una seguidilla de juegos de las cuatro competiciones disputadas en estos meses
del año.
Hay que pasar la página y mirar de nuevo los objetivos para el semestre
donde se disputará Liga y Copa Betplay, en el que es vital que se continúe el
proceso de Hernán Torres, que con sus aciertos y errores ha potenciado una base
que está dando sus frutos y que todavía tiene mucho por dar.
Al hincha hay que decirle que apoye más que nunca al equipo, como muchos
queremos tener un club grande y seguir disfrutando de un plantel disputando
torneos locales e internacionales y ahí se requiere un respaldo masivo en las
gradas en cada juego.
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