Debacle
Por:
Daniel García
La situación del Deportes Tolima en Liga está complicada.
El equipo como local viene sufriendo a lo largo de este año, algo poco inusual,
teniendo en cuenta que en otras temporadas no tenía esos problemas jugando
en el gramado del Manuel Murillo Toro. En el actual torneo suma dos victorias,
dos empates y dos derrotas, con un resultado del 44%. Lo que evidencia la
pesadilla que se está convirtiendo actuar en Ibagué.
Así como Alberto Gamero ‘le toma medida’ a algunos clubes,
al parecer a él los equipos que vienen a jugar a la ‘Musical’, le están tomando
la medida. Y es que, cualquier equipo que venga a realizar un planteamiento defensivo
al 'Coloso de la 37' está logrando el objetivo: Que es sacar el empate y hasta
lograr el triunfo. Lo que sin duda es crítico para Deportes Tolima que ha
perdido esa fortaleza de ganar en condición de local.
Hay que acotar que el ‘Sonero’ ha intentado hacer variantes
en sus esquemas en condición de local. Aunque esto empieza a ser inoficioso, porque el grupo ya no tiene ese factor sorpresa que lo ha caracterizado. Además
se ha convertido en un equipo con un juego absolutamente predecible y, peor aún,
no hay quien genere juego. Otro factor y no menos importante: El bajo nivel
de los extremos, algo que preocupa enormemente al cuerpo técnico e hinchada.
El encuentro ante Equidad Seguros, es de esos partidos que
el hincha le tiene pereza, al ser un equipo complica partidos, y así lo fue.
Los ‘Aseguradores’ vinieron a sacar un resultado fiel estilo de ellos,
defensivos, raspando y quemando tiempo. Es apenas normal, tiene el ADN de los
equipos de los grupos de Alexis García, quien dejó el legado de ese fútbol, el cual es
respetable y en el que también se gana.
Tolima plantó un primer tiempo ofensivo con la
alineación inicial. La incorporación de David Centeno y Juan Pablo Nieto sobre
el papel daría juego en la parte ofensiva, pero no fue así. Nieto parece estar
de vacaciones en Ibagué y Centeno tiene sacrificio pero carece de socios. Además
el bajón futbolístico de Alex Castro es notorio y el ataque del equipo es el
que más lo sufre. Lo de Anderson Plata es algo esperado: Un jugador con
condiciones, pero no sabe resolver lo que genera, lo que ya está agotando la
paciencia de la afición.
El jugador más sobresaliente este semestre y en los últimos
encuentros, es uno solo: Carlos Robles, el vallenato ha vuelto a tener ese
nivel de hace un año cuando llegó. Siendo ese volante importante en la mitad de
la cancha que no solo quita sino que también reparte juego y en ocasiones se
proyecta al ataque, siendo incisivo. Una recompensa a un hombre que con trabajo
se ha ganado el puesto y hoy, es el titular indiscutiblemente en la zona de
volantes.
Hablar del delantero centro no tiene sentido, ya que no hay
generación de juego y sea Diego Valdés o Jorge Luis Ramos el titular termina
crucificado. Esto, porque en materia ofensiva el juego es paupérrimo. A Ramos
hay que abonarle que sale del área y pivotea bien. Además, por momentos el
equipo empieza a pelotear al área y el equipo no tiene jugadores de talla para
el juego aéreo, pero esto es producto del desespero de no lograr el resultado.
Los cambios ante los bogotanos, en lugar de ser la cura, terminaron
siendo la enfermedad, el equipo carece de un generador de ideas y Guido Vadalá
no es ese jugador para jugar por el centro, sus condiciones sin ser
superlativas, son de jugador de banda o área. Bernaldo Manzano entró a dar
mayor contención, pero ante lo mal parado el equipo por momentos, termino siendo
superado muy fácilmente. Y el de Diego Valdés es el típico cambio de 'mandar a
la guerra' al jugador.
El equipo se está quedando en chispazos, eso es una
realidad. Tiene inicios en cada tiempo interesantes, con ganas y convicción de
juego, pero esto se va diluyendo con el pasar de los minutos, en los que ya se
empiezan a ver las falencias de juego de los ‘Pijaos’. Para nadie es un secreto
que este semestre ha sido de los más irregulares, en el que el equipo no ha
logrado consolidar su buen fútbol, porque el equipo cuando gana, realmente no
gusta.
Otro factor que sigue inquietando es los constantes malos
arbitrajes. Y es algo muy recurrente ante equipos chicos o grandes, por lo que
equipo debe remar ante eso también. No es pedir que regalen, pero tampoco que
quiten. El hincha pide un arbitraje que dé garantías. Además, se sabe que el
arbitraje colombiano va de capa caída, pero muy curioso y normal que en Ibagué
se presenten arbitrajes nefastos, ¿No?
El camino para clasificar al octogonal quedó en el limbo con
la derrota ante los ‘Capitalinos’, hay que seguirle apostando a la Liga,
lógico, porque en reclasificación el equipo está logrando cupo internacional,
lo que sería un consuelo para el 2020. Esta difícil, pero no imposible. A este
equipo no se le puede olvidar jugar como lo venía haciendo. El bajón anímico es
fuerte, pero aun depende de ellos para revertir la situación.
A lo que si hay que jugársela con todo es la Copa Águila,
es la que más se tiene cerca. Se está a dos partidos de disputar una nueva final
y de lograrla se podría estar peleando un cupo a fase previa de Libertadores,
un aliciente importante por lo que significa la Copa Libertadores y la espina
que dejó la disputada en este año.
Y por último, es muy fácil criticar y acabar a los
jugadores y cuerpo técnico en redes, pero es triste que este apoyo no se vea
reflejado en las tribunas. El fútbol es así y es de momentos. Actualmente el
equipo no pasa el mejor, pero en las malas es donde se conocen a los verdaderos
hinchas y un ejemplo para reflexionar es la hinchada de Independiente Santa Fe,
que irónicamente acompaña más ahora en crisis que en sus momentos de gloria…
Ojala tomemos eso como ejemplo y se ponga de moda ir al estadio sea cual sea el momento del club.
Ojala tomemos eso como ejemplo y se ponga de moda ir al estadio sea cual sea el momento del club.
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